martes, 17 de septiembre de 2013

chinampa 2013

El mágico mundo de las tradiciones nos envuelve, cuando el tío Blas nos abre la caja de pandora de la cual salen todos los personajes de
“Retorno al Mictlan”, su añoranza se desborda en sus palabras rememorando aquellos tiempos cuando junto con su difunta “Prietita” hacían los preparativos de la ofrenda para todos Santos, llegando a el las palabras de los Tlatoanis ancestros, surge entonces el señor Quetzalcóatl quien enfrenta al señor del inframundo Mictlantecutli, en busca de los huesos sagrados para la regeneración del hombre, Coyolxauhqui se convierte en la luna después de ser desmembrada por Hutzilopochtli, mientras Coatlicue danza, Nezahualcoyotl pregunta adonde iremos que nunca tengamos que morir en medio de los elementos de la vida que aun hoy son utilizados en la ofrenda contemporánea…
vinieron por el agua del oriente Meztli Luna los vio llegar, eran gente distinta nunca antes vista en el ixachilan, armaduras, espadas, chimallis (escudos) y maquiahuitl chocaron entre sí, sembrando el sincretismo regado con sangre de nuestros antepasados, creciendo así la milpa mestiza de donde nacen las leyendas, nuevos mitos envueltos en misticismo prehispánico e imaginación española, leyendas que surgen en las calles de Xochimilco desde la colonia con “La Muerta del Medallón”, “El Nahual” haciendo maldades en la época de la independencia, las apariciones del “Charro negro”, que es ni más ni menos que el mismísimo Diablo, que decir cuando dos Zapatistas descubren a una bella mujer que deambula por las callejones de Xochimilco, tarde se dan cuenta que es “La Llorona”, “La Mictlancihuatl” la señora del lugar de los muertos que con engaños quiere llevarse al Tío Blas en cuerpo y alma al inframundo… estas son las historias que de Xochimilco nos contaban nuestros abuelos alrededor del tlecuil esa hoguera con tres piedras donde se cocinaban aquellos alimentos que formarían parte de la ofrenda de día de muertos, donde aun se siguen manejando los mismos elementos que desde épocas prehispánicas se ofrendaban a los muertos y que representan los cuatro elementos de la vida, viento es el papel picado, fuego las veladoras y el sahumerio, tierra todos los alimentos, agua la bebida favorita de nuestros difuntos; de esta manera compartimos esta festividad llena de magia de cosas que contar… en medio de una laguna, entre chinampas y ahuejotes están estas escenas las que se pueden ver desde la trajinera que es nuestro trasporte al lugar donde todavía deambulan los muertos, al pasado, simplemente el 

RETORNO AL MICTLAN